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pensamientolatam

La reforma judicial y los olvidados

Diego Amador

UNAM, Tijuana México


México esta en la antesala de una gran reforma al Poder Judicial, lo cierto es que esta reforma puede levantar muchísimas pasiones. Pero, más que analizar la reforma como tal – lo cual es un ejercicio valioso – permítanme contar una pequeña situación que me llama poderosamente la atención.



Verán, hace unos días un amigo cercano que trabaja en el Poder Judicial Federal con el cuál suelo bromear (muchas veces bromas subidas de todo producto de la confianza que nos tenemos) me hizo darme cuenta de algo que no había pensado jamás en el debate de la reforma judicial. Le hacía la broma a mi colega de que ahora que se desaparezca el poder judicial – como lo conocemos – que se iba a sentir ser mortal como cualquier ciudadano. Y él a manera de broma (mientras buscábamos cuánto dinero traíamos para comprar comida) me decía de forma irónica que se le acaba la vida de rey, cosa que es completamente falsa dado que no gana las cuantiosas cantidades que se presume que ganan los funcionarios judiciales.


Al paso de los minutos me hizo una observación fuera de la broma y las risas que me cayó como un rayo y me dejo perplejo. Me decía: “me preocupa que va a ser de nosotros los oficiales, siempre que llega un juez nuevo hace su movedero”. Y es que es cierto, cada que un juez o jueza llega a un juzgado poco a poco acomoda a su personal de confianza.


¿Qué tiene que ver esto con la reforma? Mucho. Creo que hay cuando menos cuatro grupos que son sumamente olvidados por una reforma que pretende aliviar los problemas de justicia del México en que vivimos. Los oficiales administrativos y secretariado federales, los defensores de oficio, los ministerios públicos y los oficiales y secretarios de la justicia local. Verán, si revisamos la iniciativa[1] o el resumen de ella, encontraremos que los puntos temáticos son: a) Elección de Ministras, Ministros, Magistrados, Magistradas y Jueces a través de elección popular; b) Nuevas reglas procesales (para asuntos tributarios se da un plazo máximo de 6 meses y para penales 1 año); c) Reducción de integrantes de la Suprema Corte de Justicia (de 11 a 9) y; d) la creación de un Tribunal de Disciplina que desplace al Consejo de la Judicatura[2].


Pero ¿y los demás problemas? ¿y los demás actores que son fundamentales para bailar este tango? Lo que mi colega me hizo ver cuando dejamos de bromear es que la reforma esta tan concentrada en rearmar las cabezas del poder judicial federal que olvidaron el cuerpo. Si, se olvidaron de que uno de los más grandes problemas de los poderes judiciales locales y federal, es que aún sigue siendo el llamado Poder Judicial Familiar, ese, que esta plagado de nepotismo y amiguismos.


Se sabe, cuando se sintoniza radio pasillo[3] que tal juez tiene en su juzgado a tal familiar o tal amigo de tal vecino. También, se puede saber que tal magistrado tiene a tal pariente en tal juzgado o que le dicho chamba a tal conocido de él. Y peor aún, si hay cambio de titular del juzgado o cambio de magistrado porque la situación utiliza la siguiente formula: ¿por qué no traerme a mi gente de confianza y mover a las personas que ya estaban y pedirles su puesto o simple y deliberadamente mandarlos a otro lugar?


Los oficiales administrativos y el secretariado del Poder Judicial muchas veces – si no es que todas – son quienes sostienen al poder y son los que nadie les ha preguntado en absoluto por sus prestaciones, por sus necesidades, por sus aspiraciones, ellos, para la reforma no cuentan, como muchas veces para el propio poder judicial tampoco cuentan.


Tan poco son tomados en cuenta en la reforma que ni siquiera un apartado existe para saber que se hará con ellos, que garantías laborales tendrán, si existirán aumentos de sueldo o recortes, si la elección de los nuevos jueces y juezas no va a repercutir en su trabajo, que de por si, por experiencia propia puedo decir “cada juez tiene su criterio a pesar de que la ley sea la misma”.

Ahora imagínese ser funcionario judicial y que te cambien de titular y no tengas ya garantizado tus derechos laborales o mínimo oportunidad de crecer porque ahora tendrás que participar en una contienda electoral que será igual de incierta que las oportunidades que ya se tenían y aún y con esto, no tengas la certeza de cómo va a ser el nuevo titular con el que te toque trabajar y si este tenga la disposición de no pedirte tu puesto para no meter “alguien de confianza”. Lo cierto es que las bases siempre son olvidadas, y la reforma tampoco los mira.


¿Y los defensores de oficio? Ellos ni están contemplados en la reforma. Hace no mucho me tope con una persona que conoce y trabaja en defensoría, coincidimos de forma curiosa. En lo que nos poníamos al día, salió el tema del trabajo y que tan cargado esta. Una vez más las quejas de que son olvidados no se hicieron esperar. Más cuando se viene una reforma que cambiará el sistema judicial y a las y los defensores ni los invitaron al baile para que hagan saber sus opiniones.


¿Qué hay de los ministerios públicos? Pues ellos ya tuvieron su reforma aparte, a ellos los volvieron “autónomos”. Si, entre comillas. Principalmente porque no se entiende bien que es lo que los hace autónomos. Y ahora que se viene una reforma, tampoco son mencionados en ella sobre como van a participar y como tendrían que integrar su trabajo para que pudiera lograrse que los asuntos penales se resuelvan en 1 año (de acuerdo con la reforma si este plazo se excede se tendría que informar al Tribunal de Disciplina). Si bien, ellos no son los que resuelven, son los que integran y le dan las piezas a los jueces para que resuelvan ¿y cuando les vamos a preguntar que necesitan?


A lo que voy con esta perorata, es que, si bien ya iniciaron los foros de discusión de la reforma en forma de parlamento abierto, lo cierto es que nadie los invitó al baile, no existen dentro de la reforma, es una reforma incompleta porque poco habla de la justicia, sino que habla más de como integrar un cuerpo judicial. Quizá, al final quien resultó tampoco ser invitada al baile fue la protagonista: la justicia.


Y digo que la justicia fue la olvidada también porque el otro gran grupo de actores que no son tomados en cuenta son los propios oficiales y secretarios del fuero común, es decir, los que se llevan la carga laboral de los asuntos civiles, penales, mercantiles, laborales, familiares, del día a día y que no pertenecen al Poder Judicial Federal, sino al de sus gobiernos estatales.


Platicaba hace tiempo en un café (sobre una de las calles principales de la bella capital del Estado donde resido actualmente) con un colega que todos los días vive, dado que es abogado, con los problemas del poder judicial local. Entre las cosas que platicábamos más allá de ponernos al día, fue la reforma judicial. Nuevamente, se me abrieron los ojos y me di cuenta de que los que suelen ser más olvidados, la justicia local, esta vez los olvidan y les desean buena suerte.


Explico mi punto. Si revisamos la iniciativa de reforma, lo único que se menciona sobre la justicia local es que las Entidades Federativas se encargaran de regularlo y que su elección es igual que como dice la constitución para los cargos federales[4]. Pero esto no resuelve absolutamente nada. Más cuando las elecciones van a depender de los arreglos y constituciones locales, más cuando en la justicia local los problemas no son de amparo o juicio federal, son los problemas cotidianos: pensiones alimenticias, robo de vehículos, robos, arrendamientos, contratos, despidos, pagares, etc.


Y la cosa se pone más intensa para los oficiales y secretarios locales cuando les pides que se estén preparando aplicar el nuevo Código Nacional de Procedimientos Civiles y Familiares mientras tienen que resolver con sus códigos locales los asuntos que existen en el día a día y ahora preocuparse por su inestabilidad en el empleo porque puede llegar un nuevo juzgador que los despache.


¿Acaso los operadores como oficiales y secretarios serán tomados en cuenta? ¿serán ellos quienes sean los nuevos juzgadores? si no serán los nuevos juzgadores y los están preparando para aplicar el código ¿cuál es el punto si no serán tomados en cuenta? ¿habrá liquidación? ¿Cuánta? La justicia local, para variar, siempre es a la que más se le deja de lado porque siempre miramos a la federación y lo que hacen los actores federales, pero el fuero común ahora tiene más preocupaciones que nunca y eso impacta en la justicia del día a día.


La reforma parece olvidarlos a ellos, más allá de si es buena o mala la iniciativa, si es democrática o no, es una iniciativa que no tomo en cuenta al brazo operativo del sistema jurídico mexicano, no los voltea a ver. Quizá un contraargumento es que ellos podrían subir en las jerarquías del Poder Judicial (local y federal) dado que serán propuestos por diferentes actores políticos para que puedan acceder a estos puestos de elección popular.


Lo cierto es que, aunque esto podría pasar, la reforma no ataca el nepotismo ni nada por el estilo, solo busca modificar y frenar algunas funciones del poder judicial como hoy existe de acuerdo con la constitución, reducir su presupuesto y capacidad de crear fideicomisos y buscar que su legitimidad sea por elección popular. La iniciativa no rompe con las dinámicas existentes de amiguismos y nepotismo, tampoco nos da una idea de que pasará con todas y todos los operadores del derecho que son parte del sistema judicial y del justiciable ni hablemos, creo que ese merece un tema aparte.


La reforma tiene a sus invitados al baile y por supuesto que tiene a sus olvidados.

 


[1] Véase la iniciativa de reforma: Cámara de Diputados; Iniciativa de Ejecutivo Federal, en Gaceta Parlamentaria, no. 6457-15, México, Congreso de la Unión, 5 de febrero 2024, disponible en: https://gaceta.diputados.gob.mx/PDF/65/2024/feb/20240205-15.pdf

[2] Cfr. Gobierno de México, Reforma al poder judicial, México, 2024, disponible en: https://www.gob.mx/cms/uploads/attachment/file/892010/REFORMA_AL_PODER_JUDICIAL__2_CS.pdf

[3] Una forma de decir que cuando uno entra a los juzgados o habla con abogadas y abogados se va entrenando de los chismes que hay dentro de la estructura del Poder Judicial, tanto local como federal.

[4] Cámara de Diputados; Iniciativa de Ejecutivo Federal, en Gaceta Parlamentaria, no. 6457-15, op. cit.

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